La tripofobia constituye un miedo irracional, ansiedad o asco al observar imágenes u objetos que presentan agujeros o bultos muy juntos unos de otros, y que suele estar vinculado a un origen innato. Ahora bien, para saber si una persona padece este tipo de fobia, resulta pertinente conocer cuáles son los síntomas de la tripofobia y qué se aconseja para superarlos.
Síntomas de la tripofobia
Las personas que padecen tripofobia acostumbran mostrar reacciones exageradas que se asocian a los síntomas fisiológicos atribuidos a las crisis de angustia, estos son: temblores, aumento de la frecuencia cardíaca normal, náuseas y dificultad para respirar con normalidad.
Además de lo anterior, se consideran síntomas de la tripofobia los dolores de cabeza, la comezón y la piel de gallina.
Todos estos síntomas hacen que la persona intente evitar el estímulo fóbico, cubriendo sus ojos, retirándose o mirando hacia algún otro lugar. No obstante, los síntomas solo desparecen con el paso del tiempo y no de forma inmediata, pues el recuerdo del estímulo permanece en la mente y hace que la sintomatología no cese.
Esta alteración en el patrón de funcionamiento del sistema nervioso de quienes padecen tripofobia ocurre usualmente al divisar imágenes que recuerdan a superficies colmadas de agujeros muy unidos los unos a los otros, como si se tratara de un mosaico de figuras.
Cómo tratar los síntomas de la tripofobia
Existen distintos tratamientos que son aplicables para superar la ansiedad característica de este tipo de fobia, los cuales deben ser estudiados y recetados por un especialista de la salud mental.
El primero de ellos consiste en tratamiento psicológico, el cual puede incluir terapia de exposición a estímulos fóbicos para su superación. Inicialmente, el especialista muestra imágenes que evocan las sensaciones de asco, ansiedad y temor en quienes padecen la tripofobia, haciendo esto de forma progresiva, hasta conseguir que el mismo logre cierto grado de autonomía y pierda el miedo ante este tipo de estímulo.
Por otra parte, encontramos el tratamiento farmacológico que, desafortunadamente, no ha demostrado ser tan eficaz en el control de los síntomas de la tripofobia, por lo que se aconseja la terapia de exposición como mejor alternativa.